Una línea de tiempo imaginaria, construida a partir de imágenes producto de recorridos hechos en el día a día. Una mezcla de colores, texturas y siluetas, darán forma a un ambiente casi onírico. Así lo real, lo vivido, lo imaginado y lo soñado se sobreponen y enmarañan. Una muestra que se presenta como una oportunidad para conocer otra Medellín, una Medellín que vive dentro de nosotros. Una ciudad paralela. La vida cotidiana como una paradoja en la que además me interesa profundizar. Una serie de imágenes que no buscan la perfección técnica, sino la conexión entre ojo, cerebro, imaginación y corazón. La fotografía como un vehículo de exploración sensorial, más allá de un simple reportero del mundo visible. Espacios que son poesía.
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